Juan Carlos Monedero cree que Podemos, de cuya dirección acaba de
dimitir, corre el riesgo de ser previsible, de perder la frescura y la
irreverencia, y que por eso Pablo Iglesias, su líder y su amigo, está
tratando de recuperar el lenguaje que él defiende. “La moderación
desarmaría a Podemos”, afirma.
Pregunta. ¿Cómo se ha sentido en este tiempo que desemboca ahora en su dimisión?
Respuesta. Me convertí en sujeto de ataques
desproporcionados. Una inspección fiscal anunciada por Montoro y jaleada
por la vicepresidenta del Gobierno, la consejera de Educación pidiendo
mi cabeza al rector, una querella del abogado Emilio Rodríguez Menéndez,
otra de Manos Limpias, una querella de policías por algo de tres años
antes, portadas que ponían en cuestión mi currículum y luego
rectificaban en una columna, titulares diciendo que había hecho ingresos
sin decir dónde estaba ese dinero... Esos ataques me producían ira.
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